Los cánticos de Tajueco ahuyentan fantasmas
Tajueco es un pequeño pueblo situado en la provincia de Soria en el que residen 72 habitantes. Pero si por algo es conocida esta localidad, situada entre pinares, es por sus cánticos para ahuyentar a los fantasmas e intentar congraciarse con las ánimas.
¿En que consiste esta celebración?
En la noche de difuntos, los vecinos de Tajueco se juntan para realizar unos cánticos por las calles de la localidad con el fin de espantar los fantasmas y confraternizar con las ánimas. De esta forma los expertos consideran este legado etnográfico medieval como el más valioso conservado en la Soria del siglo XXI.
“Por las ánimas benditas, todos hemos de rogar, que Dios las saque de penas y las lleve a descansar” cantan los vecinos de Tajueco. Esta tradición única en la provincia se celebraba antes en otros pueblos de Soria de diferentes modalidades y formas como son San Pedro Manrique, Yelo y Alcubilla del Marqués.
Ángel Almazán, periodista y escritor nacido en Tajueco, consiguió dar a conocer en 1985 este ritual que había pasado desapercibido para los estudiosos de la etnografía soriana. Y según señala, el sentido de esta celebración es acompañar a las almas desde el purgatorio en su camino a los cielos.
Los cánticos se producen, acompañados del toque de muertos de campana, en dos grupos. Uno se compone por los varones que cantan y otro formado por el resto de la población.
La última estrofa de los cánticos es: “Herederos y albaceas, atended nuestros lamentos, cumplid con lo que pedimos, no alarguéis nuestros tormentos”. Donde una vez terminados, todos rezan un Padrenuestro, acompañados por el grupo de personas que que presencia los coros.
Para el alcalde de Tajueco, David Soria, esta tradición tiene garantizada su continuidad, ya que se ha convertido un elemento asociado al pueblo y donde los hijos del pueblo sienten que es un símbolo de pertenencia de los mismos. Además destaca como el mayor atractivo turístico del pueblo.