“Pasar el fuego es un subidón de adrenalina, es una manera de burlar a la naturaleza”
Es, ha sido y será el encargado del paso del fuego que cada Noche de las Ánimas acompaña a la lectura de la leyenda de Gustavo Adolfo Bécquer. Bombero de profesión, Ángel Lorenzo decide la idoneidad de las brasas. Es el primero en poner sus pies sobre las ascuas; sólo así sabe si están en el momento justo para el resto de pasadores. Cada 1 de noviembre cumple con la tradición, y lo ha hecho, sin faltar, los últimos 36 años. Mañana volverá a “burlar a la naturaleza de una manera controlada”.
Llevas desde los inicios de las Ánimas vinculado a las brasas del paso del fuego. Empezaste muy joven, has pasado a tus hijos, que ahora ya son pasadores… ¿Ese es el momento más emotivo para ti?
Sin lugar a dudas. Para nosotros hay dos momentos muy importantes: la lectura de la leyenda y el paso del fuego. Son las dos actividades que se han mantenido desde el principio, siempre ha sido así y a nosotros esas actividades nos llenan. Yo empecé pasando sólo, luego tuve hijos, les pasé, dejé de pasarles porque pesaban demasiado, ellos empezaron a pasar… Todos esos pasos vitalmente son muy importantes. Mi hijo ahora está en el grupo de la hoguera y me gusta verle ahí. Cada uno vivimos las Ánimas de una manera. Es una cosa personal. Cada persona que va tiene su visión. Yo siempre soy el primero que pasa por las brasas porque entonces decido si están perfectas para que pueda pasar el resto. Porque no hay que olvidar que las brasas queman, y queman de verdad.
¿Recuerdas la primera vez que pasaste el fuego?
Sí, perfectamente.
¿Y te quemaste?
No, era una hoguera muy pequeñita. Era el segundo o el tercer año de subir al monte y dimos dos o tres pasos.
¿Y cuántos das ahora?
Cuatro o cinco.
¿A veces se te hacen cortos esos cinco pasos?
No son esos los parámetros. El mundo de la hoguera, a mi entender, es muy vital. Cuando estás frente a las brasas estamos en el filo de la navaja, porque puede pasar una desgracia o pasar sin quemarte. Porque es como la gente que hace deportes de riesgo. La sensación chula es cuando estás delante, con la persona que has elegido para pasar. Todos los sistemas de alarma que tienes en el cuerpo te avisan de que no lo hagas pero tú decides que vas a pasar. Hay gente que en ese momento se ha echado para atrás, y no pasa nada; se le ha aplaudido igual. Pasar es un subidón de adrenalina, es una manera de burlar a la naturaleza, pero de una manera controlada. Y es algo que existe en varias culturas.
¿Cuántas veces calculas que has pasado?
Todas.
¿No has faltado ningún año?
Nunca. Yo trabajaba a turnos y siempre lo organizaba para que ese día librara.
Supongo que en todos estos años tendrás decenas de anécdotas…
Alguna que otra. Hay una que recuerdo con especial cariño. Hace años le dije a una prima mía que tiene tres niños que podía pasar a los dos mayores. Llegado el momento la niña dijo que no. Cuando coincidí la siguiente vez con la hija de mi prima yo creo que ella pensaba que le iba a decir algo por no haber pasado y cuando la vi le dije “lo que hiciste en las Ánimas estuvo muy bien”. “Aunque tú hayas dicho que vas a hacer algo, si en el momento de hacerlo no te apetece, no lo tienes claro, no lo hagas. Ni para esto ni para nada”. No te voy a decir que las Ánimas sean una escuela filosófica pero sí creo que las generaciones mayores podemos enseñar a los jóvenes las cosas buenas. Y en las Ánimas hay muchas cosas buenas.
¿Qué momento recuerdas como el más emotivo?
Es que no hay uno. Las Ánimas son una sucesión de momentos. Yo soy muy pragmático y creo que todo es una concatenación de cosas. Cuando pasas a la gente es algo muy importante pero para llegar a eso tienes que haber dado muchos pasos antes y para mí son igual de importantes. En el festival hemos tenido que ir sobreviviendo a las situaciones que nos hemos ido encontrando: las inclemencias meteorológicas, la masificación en el Monte de las Ánimas, los cambios de ubicación, el coronavirus… El haber sobrevivido a esas crisis es algo muy especial que hemos vivido quienes hemos participado cada año. Todo han sido momentos casi únicos.
Pero, por ejemplo, el momento de batir las ascuas es especial porque yo salgo y ahí empieza todo porque ya tomas un protagonismo evidente.
¿Qué tres consejos darías a alguien que va a pasar por primera vez el fuego?
No me atrevo a dar consejos. La cuestión está en que tú tengas claro lo que quieres hacer. Cuando quieres pasar ya te habrás fijado en cómo pasan los demás. Yo creo que hay que dejarse llevar. Hay cosas que no se pueden definir de manera tan simple. Lo único que puedo decir es que hay que pasar con decisión.
El 1 de noviembre a las 19.00 horas Ángel será el encargado de encender la leña que acabará convertida en ascuas una hora después y por las que caminarán los pasadores con decisión en una noche que volverá a ser mágica y con la que se cerrará la presente edición del Festival de las Ánimas. ¡Os esperamos a todos el año que viene!